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  • Foto del escritor: InverGrowth
    InverGrowth
  • 26 mar 2024
  • 5 Min. de lectura

Invierte con éxito. El camino para tomar decisiones asertivas.


Una pregunta muy frecuente que hacen las personas es ¿Cuánto debo invertir y, de eso, ¿Cuánto ganaré? Y esto resulta interesante, ya que estamos malacostumbrados porque pensamos que invertir significa poner en algún lugar el capital, para que después de algún tiempo nos entregue ganancias de las que podamos vivir y que nos permitan salir de la “carrera de la rata”. En esencia, sí podría afirmarse que eso es invertir; sin embargo, hay muchas otras cosas alrededor de ese concepto a tomar en cuenta, para poder afirmar que alguien vive de sus inversiones.


Esto es determinante y crucial pues, en muchas ocasiones, nos dejamos llevar por opiniones ajenas o publicidad, creemos que esto nos ayudará a salir de una mala situación, sin detenernos a reflexionar el contexto alrededor de ese lugar. Nunca será recomendable invertir en algo desconocido, donde no tenemos conocimiento ni tampoco lo cual, por experiencia, resaltamos como lo más importante, es decir, no es óptimo invertir sin tener la primicia para saber dónde buscar, indagar y encontrar esa ventaja competitiva que nos pueda dar información de ayuda para sobresalir. 


Independientemente de nuestra inversión, es pertinente conocer todo lo que la afecta, lo que en este caso significa cuestionarnos el lugar donde estará nuestro dinero, por medio de las siguientes preguntas: ¿qué es?; ¿cómo está construido?; ¿qué pasa si…?; ¿qué sí lo afecta, que no?; ¿cómo se puede mejorar?; ¿hay posibilidad de…? Invertir es cuestionarnos constantemente, pues ayuda a mantenernos informados a través de la investigación, que finalmente nos da la oportunidad de elegir de manera informada. 


La frase: “la información es poder” cobra mucho sentido si nos detenemos a analizar que, en gran medida, nunca nos tomamos el tiempo para investigar, en pro de ahorrarnos ese trabajo para solamente disfrutar de las bondades de la libertad financiera, pues nuestras mentes saltan directamente a imaginarse disfrutando de las ganancias y a hacerse preguntas como: ¿qué haré con las ganancias?, ¿a dónde me iré de viaje?, ¿qué me compraré?, ¡disfrutamos de un dinero que ni siquiera tenemos!


Conozcamos el lugar donde realizaremos la inversión.


No porque a nuestro compadre le vaya bien, quiere decir que a nosotros también nos irá bien. Es muy fácil dejarnos llevar por la euforia, pues todos queremos ganancias rápidas con poco esfuerzo, sin embargo, nada llega mediante el mínimo esfuerzo, todo requiere de preparación, si queremos invertir, debemos prepararnos y conocer el mundo o naturaleza de nuestra inversión. 


Determinemos si es para nosotros.


Una vez que ya se haya realizado la investigación correspondiente, reflexionemos y determinemos si ese lugar concuerda con nuestra filosofía, forma de pensar y estado mental. La gran mayoría no están dispuestos a conocer, sólo quieren dar su dinero para que produzca frutos, pues no les interesa en dónde estará su dinero, sólo se centran en las ganancias y en nada más. Esta manera de pensar los orilla a cometer errores con sus inversiones.

Tengo la paciencia y temple para investigar y poder aventurarme en este mercado o me considero demasiado impaciente y mejor opto por algo más seguro, como la renta fija.

Reflexionar y decidir si es para nosotros ese tipo de inversión, es lo que hará que tomemos decisiones asertivas."


El capital


 ¿Cuánto debemos invertir?”

Una vez pasado el diagnóstico preliminar y teniendo respuestas de las que estamos convencidos, pasamos a la siguiente etapa: “El capital”. Para hacer cualquier inversión se necesita dinero, independientemente si contamos con la disponibilidad de hacerlo de forma inmediata o no, en esta etapa deberemos centrar todos los esfuerzos para juntar una cantidad para invertir.

La respuesta a nuestra pregunta dependerá de tres factores:

  • Liquidez

  • Disposición

  • Riesgo y patrimonio

Liquidez


En la liquidez hacemos referencia al dinero que se tiene para realizar la inversión.

“¿Tenemos el dinero?”


Sí: Entonces pasamos a la disposición.

No: Pasamos a la fase de acumulación.

Encontrar diferentes estrategias para lograr recolectar el dinero suficiente.


Disposición

“¿El dinero está disponible para poderlo invertir?”

Si: Evaluemos el riesgo de la inversión y cómo afectaría en el patrimonio.

No: Tomemos prudencia y evaluemos el momento oportuno para realizar la inversión.


Es pertinente que hagamos una pausa y sepamos que hay personas que no toman suficiente precaución con el punto anterior, pues la emoción les corre por las venas, se sobrepone la emoción de querer invertir de manera inmediata (porque piensan más en las ganancias) y dejan pasar por alto los compromisos financieros que ya habían adquirido previamente, los cuales son variables que en este momento impiden hacer la inversión deseada. Por ejemplo, tienen el dinero, pero también tienen que pagar la colegiatura, la renta, la tarjeta de crédito, y omiten este compromiso al no pagar, porque invierten ese capital sin haber llevado a cabo la investigación pertinente y como resultado, lo pierden todo. Su impulsividad les nubló la vista, la mente, y ahora terminan más endeudados de lo que iniciaron, cosa que a veces causa un impacto tan profundo que los orilla a abandonar la idea de invertir.


Riesgo y patrimonio

Ahora, continuando con nuestro camino para tomar una decisión asertiva, evaluando el riesgo de la inversión y su efecto sobre nuestro patrimonio, debemos de preguntarnos:

 

“¿Si invertimos este dinero y lo perdemos, afectará nuestro estilo de vida y patrimonio?”

Sí: No realicemos la inversión.

No: ¡Adelante, invirtamos!

 

Este camino nos ayudará a tomar mejores decisiones financieras: es bien sabido que a las personas casi no les gusta tomar decisiones propias, porque es más fácil responsabilizar a otros que a sí mismos, sin embargo, es un hecho, es que, si queremos tener éxito en el mundo de las inversiones, seremos nosotros los absolutos responsables de las decisiones que tomemos.


Tiempo

Pasamos ahora a la última pregunta: “¿en cuánto tiempo ganaremos?”


Otro error con el que trabajamos muy a menudo es la ansiedad: el hecho de querer tener las ganancias rápidas provoca decisiones precipitadas. Si hicimos todo el trabajo bien desde la primera etapa, deberemos esperar a que el tiempo haga madurar la inversión. La falacia más grande que nos han vendido es la de volvernos millonarios de la noche a la mañana, ¡No hay nada más irreal que eso!

Esto se vuelve mucho más real en la inversión, vemos muchos novatos iniciarse por querer ganar mucho y pronto; si bien es cierto que la misma naturaleza de este negocio nos lo permite, también es cierto que esta toma tan apresurada de decisiones le cuesta la vida a las cuentas, haciendo que se pierda todo. No por nada es popular la frase: “tiempo al tiempo”, pues significa que es peligroso para la salud de nuestras inversiones, querer apresurar el tiempo, así que tomémoslo con calma.


La investigación

A pesar de que hemos mencionado las diferentes etapas para tomar una decisión asertiva, hay algo que es importante compartir: “siempre se está aprendiendo”. El camino para la toma de una decisión asertiva no estará completo si dejamos de investigar. Siempre, y en todo momento, sin importar en la etapa que nos encontremos, la investigación es el eje central a seguir porque nos dará esa pista, esa información que nos ayudará a tener una ventaja competitiva para el éxito de las inversiones.

 

Finalmente, y ante todo esto:

¿Ustedes cómo toman las decisiones de inversión?"


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